El pasado 11 de enero un millar de personas convocadas por
el SAT
acudieron a una marcha a la cárcel de Morón para protestar contra la
estrategia
de criminalización del gobierno hacia este sindicato, el más
represaliado de
Europa con más de 500 denuncias y procesamientos a sus miembros, a los
que la
“justicia” pide más de 50 años de cárcel en total, a algunos incluso
condenas
de 5 años de prisión por lo que los burgueses llaman “delitos contra la
propiedad”, que vienen a ser ocupaciones simbólicas de latifundios y
palacios
de los terratenientes, así como bancos y grandes superficies comerciales
para
denunciar la situación de pobreza y desempleo en la que se encuentran
cada vez
un mayor número de trabajadores en nuestro país. La finalidad de tanta
represión es arruinar económicamente al sindicato, que ya a pagado
200.000 € en
multas y que tiene pendiente otros 400.000 €. Y es que así es la
justicia a la
española: hunde al pueblo obrero en la miseria y desesperación del
paro, la
ruina económica y el desamparo institucional mientras el gobierno de
turno
(pepero o sociata) roba el dinero a los trabajadores para dárselo a los
bancos
y grandes empresas, mientras nadan impunemente en un mar de corrupción
(ya hay
casi 800 cargos públicos implicados), amparados por su asquerosa
justicia
burguesa que ahoga a los luchadores sociales en lo más profundo de
prisiones y
cuarteles mientras permite que una bestia fascista como Gallardón
indulte a
empresarios estafadores y a policías torturadores,
a
sus colegas políticos del PP y
de CIU,
e
incluso a homicidas kamikazes.
Al final de la marcha, una compañera
perteneciente a Euskal Herriaren
Lagunak (Amigos del Pueblo Vasco) de Málaga
fue retirada y aislada por un grupo de policías nazianales por llevar dos
banderas que pedían el acercamiento de los presos políticos vascos a su país,
ya que según ellos son ilegales. La lúcida respuesta de esta compañera fue que
“sabía que estaban prohibidas las
españolas con el águila y que las solía ver por ahí sin que nadie las quitase”.
¿Por
qué la policía española no denuncia, por ejemplo, a Eduardo Zaplana, ex-Ministro de Trabajo y ex-Portavoz del
Gobierno del asesino de masas Aznar por aparecer junto a un puñado de tarados
mentales portando una bandera fascista? ¿Es que estos “valientes” ataviados con
porras y armas de fuego no se atreven a morder la mano de sus amos que les
sueltan las migajas? Es repugnante el papel de estos sicarios que cargan contra
los trabajadores que se levantan contra la injusticia a la vez que defienden el
degenerado aparato de poder que permite que gentuza de la ralea de Zaplana
cobre casi UN MILLÓN de euros anuales por ser delegado de Telefónica, empresa
privatizada en 1997 estando él mismo en el gobierno, mientras hay cerca de seis
millones de parados en todo el Estado español.
Debemos dejarles bien claro que la conciencia e indignación del
Pueblo Obrero crece día a día, y que su represión nunca podrá frenar la lucha
de las masas por conseguir la verdadera Justicia y Democracia.