Federico García Lorca nació en
Fuente Vaqueros (Vega de Granada, Andalucía) en 1898. Con 16 años va a Granada
a estudiar. Se interesó por todas las formas de arte: poesía, teatro, dibujo,...
así como por las tradiciones musicales andaluzas, lo que le llevó a viajar por
todo el país (Córdoba, Baeza, Úbeda, Ronda,...) en un intento por rescatar los
antiguos cantos andaluces.
En 1919 se traslada a Madrid donde conoce a
su compatriota Juan Ramón Jiménez, al cineasta aragonés Luis Buñuel y al pintor
catalán Salvador Dalí. Allí escribe sus primeras obras literarias de poesía y teatro.
Posteriormente viaja a París, Londres, Nueva York y La Habana. Los poemas de esta
época expresan su rechazo por el sistema capitalista de las sociedades
industrializadas, deshumanizadas, insolidarias e injustas.
En 1930 regresa a Madrid. Durante la
República organiza un teatro universitario ambulante (La Barraca) para acercar la
cultura al pueblo. Se posiciona políticamente a favor del Frente Popular, participando
en un manifiesto de escritores de izquierda contra el fascismo y en otro en el
que se exigía la liberación del dirigente comunista brasileño Luis Carlos
Prestes. En 1936 Lorca regresa a Andalucía, donde le sorprende la sublevación
militar. En Granada es detenido por los fascistas, que lo asesinan vilmente en
Víznar, arrojando su cadáver en algún barranco de Sierra Nevada.
Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.
Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo, se les antoja,
una vitrina de espuelas.
La ciudad libre de miedo,
multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entran a saco por ellas.
Los relojes se pararon,
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.
Un vuelo de gritos largos
se levantó en las veletas.
Los sables cortan las brisas
que los cascos atropellan.
Por las calles de penumbra
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando atrás fugaces
remolinos de tijeras.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra.
¡Oh ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.
Federico García Lorca
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*BERTHOLD BRECHT:
Nació
en Augsburgo (Baviera) en 1898. Desde muy joven empezó a componer poesía, cuentos,
obras de teatro y canciones.
En 1920 escribió Tambores en la noche
basada en el líder antiesclavista Espartaco, e
influido por la revolución fallida en Alemania, en la que él mismo participó
como miembro del Consejo Revolucionario de su ciudad. Brecht critica el patriotismo,
el cinismo, la brutalidad y la estrechez de miras de la sociedad capitalista,
solo pendiente de la satisfacción de sus intereses inmediatos. Denuncia el aumento
del aislamiento de los individuos, su mercantilización y enajenación. Sus
personajes protestan contra toda forma de sociabilidad, y ese nihilismo pasa a
convertirse en resignación.
En 1929
comienza a mantener contactos con el Partido Comunista, y un año más tarde
escribió el que quizá sea el mejor de sus trabajos: La excepción y la regla.
Con la llegada de Hitler al poder en 1933 sus
obras son prohibidas y quemadas. Brecht pasa a exiliarse en Austria, Dinamarca
y Suiza y por último en Estados Unidos, donde vuelve a ser reprimido y acusado
de actividades antiamericanas, teniendo que huir de nuevo a Suiza. En
1943 su primer hijo, Frank, murió en defensa del Frente Soviético. Tras 15 años
de exilio volvió a Alemania, instalándose en Berlín Este, donde fundó una
compañía de teatro y escribió su pieza más conocida a nivel mundial, La Ópera de los tres centavos.
En 1956
murió de un infarto, un año después de haber recibido el premio Stalin de la Paz,
y pasando a la Historia como un artista e intelectual revolucionario de los más
importantes del siglo XX.
Elogio del estudio
Aprende lo más simple.
¡Nunca es tarde para aquellos
cuyo tiempo ha llegado!
Aprende el alfabeto. No alcanza
¡pero apréndelo! No te desanimes.
¡Empieza ya! ¡Debes saberlo todo!
Prepárate para gobernar.
Aprende, marginado, hombre del campo,
aprende, ocupante de la cárcel,
aprende, mujer atada a la cocina,
¡aprende, sexagenaria!
Prepárate para gobernar.
Ven a la escuela, hombre sin techo.
El saber es para ti que tienes frío.
Hambriento: toma con fuerza el libro: es un arma.
Prepárate para gobernar.
¡No temas preguntar las cosas, camarada!
No te dejes influenciar,
averigua tu mismo.
Lo que no sabes por cuenta propia
no lo sabes.
Revisa la cuenta.
Eres tú el que la paga.
Pon el dedo sobre cada cifra.
Pregunta: ¿Cómo llego hasta aquí?
Prepárate para gobernar.
¡Nunca es tarde para aquellos
cuyo tiempo ha llegado!
Aprende el alfabeto. No alcanza
¡pero apréndelo! No te desanimes.
¡Empieza ya! ¡Debes saberlo todo!
Prepárate para gobernar.
Aprende, marginado, hombre del campo,
aprende, ocupante de la cárcel,
aprende, mujer atada a la cocina,
¡aprende, sexagenaria!
Prepárate para gobernar.
Ven a la escuela, hombre sin techo.
El saber es para ti que tienes frío.
Hambriento: toma con fuerza el libro: es un arma.
Prepárate para gobernar.
¡No temas preguntar las cosas, camarada!
No te dejes influenciar,
averigua tu mismo.
Lo que no sabes por cuenta propia
no lo sabes.
Revisa la cuenta.
Eres tú el que la paga.
Pon el dedo sobre cada cifra.
Pregunta: ¿Cómo llego hasta aquí?
Prepárate para gobernar.
Bertolt Brecht